Ahora estoy escribiendo dos libros nuevos. No son novelas, sino manuales para que los demás aprendan cosas que no saben, que siempre es divertido aprender (y escribir sobre ello). Ya tengo a disposición del público otros dos, uno de cocina (La cocina española de siempre) y otro de fotografía, es decir, sobre el proceso que hay que seguir para hacer como Dios manda fotos en blanco y negro –eso que ya no hace nadie–, pero que (y esto me ha divertido) ha despertado cierto interés.
Después me dije: ¿qué otros asuntos hay sobre los que podría dar ideas a los legos?, y me contesté, pues sobre historia, por ejemplo (historia de España, que es lo único de lo que sé algo), o acerca de ese comprometido asunto que consiste en poner por escrito los asuntos que te llegan a la cabeza, es decir, escribir, lisa y llanamente.
Acerca de este último, ¿cómo comienza? Pues de momento, así:
El
principio del principio
Este no es un
libro para enseñar a escribir como lo hacen los genios, porque fabricar un
genio es imposible; esas habilidades se llevan dentro y no admiten imposturas.
Este libro
tampoco es una gramática. Aquí no vamos a hablar de sintaxis, de categorías
gramaticales y otros asuntos por el estilo. El que quiera informarse sobre ello
puede leer cualquier gramática de las que existen (la de la RAE, por ejemplo),
en donde viene todo muy bien explicado.
Este es un
libro para allanar el camino a quienes no conocen una serie de recursos útiles
a la hora de escribir, y cuando digo escribir me refiero a componer
narraciones dignas de tal nombre.
De lo aquí
expuesto a unos servirán unas recetas, a otros otras, ¿quién sabe?, pero si
quieres que alguien te lea, el libro deberá cumplir unos mínimos, tanto en lo
que respecta al contenido como en lo que se refiere al aspecto exterior.
estructura de la narración, clases de lenguaje, disposición de los elementos en
la página…
Este es un
libro en el que se intenta explicar la manera de conseguir esos mínimos; lo
demás lo tiene que poner cada uno.
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