Da igual pan viejo o del día, pero que no esté muy duro
porque se destroza al cortarlo. Se cortan rodajas más bien finas y se pasan un
poco por leche. Se ponen de dos en dos con jamón de York en medio, o una
loncha de queso, o chorizo, o jamón y queso (esto último es lo clásico)..., o
lo que a cada uno se le ocurra. Por ejemplo: una capita fina de besamel, aparte
del jamón, queso o lo que se utilice. ¿Y si se rellenan untándolas con salsa de
tomate –o pisto– y picadillo de chorizo? ¿Y con foie-gras...? ¿Y con la pasta de alcachofas que se consigue tras
raspar las hojas que no sirven después de cocerlas?
Se cierran bien, apretando, y se rebozan con huevo batido
con algo de leche. Se fríen con bastante aceite y se comen fríos o calientes,
da igual, que de cualquier forma están buenos.
Esta es una receta de mi libro La cocina española de
siempre, del cual se pueden ver tres versiones:
1/ como libro eléctrico para Kindle (aunque este formato
también funciona en otros lectores eléctricos), aquí:
2/ el mismo en papel:
y 3/ Una página de internet en donde (con fotos) se ven
algunas de las recetas del libro:
-------------------------------------
Pero lo mejor no es lo anterior, sino ESTO.
No hay comentarios:
Publicar un comentario